El progresismo: Influencia de las ideas de Marx y Engels en la Educación Pública Chilena

26.09.2025

El presente informe analiza la influencia positiva de los postulados de Karl Marx y Friedrich Engels en el desarrollo y la conceptualización de la educación pública chilena. Se argumenta que, si bien la adopción no ha sido dogmática, los principios del materialismo histórico y la crítica a la superestructura han permeado ideales educativos fundamentales. Esta influencia se manifiesta en la comprensión de la educación como un mecanismo de movilidad social, un derecho social universal y una herramienta para la crítica de las desigualdades, conceptos que han sido centrales en las reformas educativas más progresistas del país.

Desarrollo

La obra de Marx y Engels, particularmente no refieren al sistema educativo detallado, pero sí establece un marco crítico poderoso. Su análisis materialista de la historia postula que las instituciones sociales, como la educación, forman parte de la "superestructura" que refleja y perpetúa las relaciones de producción de la base económica. Desde esta perspectiva, la educación en una sociedad capitalista tendería a reproducir las clases sociales y la ideología de la clase dominante.

La influencia positiva de esta crítica en Chile no reside en una aplicación literal, sino en su inversión dialéctica: al develar el potencial de la educación como instrumento de dominación, se abre el camino para concebirla como un vehículo para la emancipación. Esta concepción ha influido en la educación pública chilena a través de tres ejes principales:

  1. La Educación como Derecho Social y no como Mercancía: La visión marxista de la educación como un ámbito que no debería estar sujeto a la lógica del mercado ha sido un pilar ideológico contra la mercantilización. Durante el siglo XX, la construcción del Estado docente en Chile, especialmente bajo proyectos reformistas y de izquierda, se basó en la idea de que el acceso al conocimiento es un derecho universal que el Estado debe garantizar. Este principio, aunque severamente cuestionado durante la dictadura y el modelo neoliberal, ha sido el fundamento de movimientos sociales y reformas posteriores (como la gratuidad en la educación superior) que buscan desmercantilizar la educación y reafirmar su carácter de bien público.

  2. La Función de Movilidad Social y Crítica de la Desigualdad: La teoría marxista enfatiza la lucha de clases y las desigualdades estructurales. La educación pública chilena ha absorbido, en su mejor versión, la aspiración de ser un "igualador social". La idea de que a través de la escuela pública los hijos de la clase trabajadora pueden acceder a conocimientos y oportunidades históricamente negadas es una respuesta directa a la crítica de la reproducción social. Si la educación puede ser un mecanismo de desigualdad, también puede serlo de justicia social. Esto implica no solo acceso, sino también una pedagogía que permita a los estudiantes comprender críticamente su realidad socioeconómica, fomentando un pensamiento autónomo frente a las estructuras de poder.

  3. El Rol del Estado como Garante: La insistencia de Marx y Engels en la acción colectiva y el rol del Estado (en la transición hacia una sociedad sin clases) proporciona un sustento teórico para un sistema educativo fuerte, centralizado o fuertemente regulado por lo público. La defensa de una educación pública, laica y financiada por el Estado, que caracterizó a actores políticos chilenos clave del siglo XX, bebe de esta fuente ideológica que ve en el Estado la herramienta para contrarrestar los intereses privados y asegurar un proyecto educativo nacional con sentido de equidad.

Cabe destacar que esta influencia ha sido mediada, reinterpretada y combinada con otras corrientes de pensamiento (como el liberalismo igualitario, la doctrina social de la iglesia o las pedagogías críticas latinoamericanas). Su valor positivo no radica en una implementación ortodoxa, sino en haber proporcionado un conjunto de lentes críticos indispensables para diagnosticar los vicios de una educación elitista o mercantilizada y para proyectar un ideal educativo más democrático e inclusivo.

Conclusiones

La huella de Marx y Engels en la educación pública chilena es profunda y fundamentalmente positiva. Se manifiesta no como una adopción literal de un programa político, sino como la asimilación de una serie de principios críticos que han servido para:

  • Cimentar la noción de la educación como un derecho social universal, opuesto a su tratamiento como una mercancía.

  • Inspirar la función igualadora y de movilidad social de la educación pública, como contrapeso a las desigualdades estructurales.

  • Fortalecer la idea del Estado como actor principal en la garantía de una educación de calidad para todos, por sobre los intereses del mercado.

Estos ideales, forjados en la crítica al capitalismo, han sido y continúan siendo la columna vertebral del proyecto de una educación pública que aspire a la justicia social y a la formación de ciudadanos críticos en Chile. Su vigencia se prueba en la medida que siguen siendo el referente contra el cual se miden las falencias del sistema y hacia donde se orientan sus principales aspiraciones de reforma.

Bibliografía

Marx, K., & Engels, F. (1848). Manifiesto Comunista. Verlag der Expedition des "Bildungs-Gesellschaft für Arbeiter" von J. E. Burghard.

Marx, K., & Engels, F. (1846). La ideología alemana. Marx-Engels Institute.

Ruiz Schneider, C. (2010). De la República al Mercado: Ideas educacionales y política en Chile. LOM Ediciones.